Una conferencia del Maestro frente a la clase oculta General, Abril 2, 1924 Sofía
Cada trabajo o cada empresa en el mundo no tiene que pesar sobre un fundamento vacilante sino sobre un fundamento firme. Bajo las palabras fundamento firme, entiendo el fundamento que no cambia, que permanece igual en todas las condiciones. Este fundamento está vivo. Supongan ahora que como viven en la Tierra, su fundamento es firme. Así, ustedes cuentan con su personalidad. Pero, ¿después de su muerte en qué fundamento pondrán su vida? Por lo tanto, la Tierra no es una base real, en la que un hombre pueda pisar. Entonces ¿cuál es la base real? - Ala base real le llamamos "el sensato corazón humano."
No me refiero al corazón racional del hombre actual, sino al corazón sensato del hombre Divino. El Apóstol Pablo dice: El hombre físico no puede entender las cosas espirituales porque estas se entienden espiritualmente. Ustedes tienen que ubicar la nueva dirección de su vida en su sensato corazón. En este corazón sensato funciona o actúa el Espíritu Santo. Y en las acciones de este corazón sensato no hay error alguno. Cuando un hombre actúa de acuerdo con él no comete error alguno, todos los errores son inmediatamente resueltos. Los errores en el mundo vienen de la mente objetiva del hombre. Esta es la mente actual, con la que el hombre piensa. Te llega una buena idea, comienzas a pensar cómo ponerla en práctica y pierdes la oportunidad. Frecuentemente decimos que si un hombre entra al agua puede ahogarse. Debe saber nadar o debe aprender a nadar. Pregunto, ¿en qué escuela, el patito que sabe nadar apenas salido del cascarón, ha aprendido el arte de la natación? Aprendió este arte hace miles de años. Porque, en el interior de la mente humana, hay un elemento Divino. Le llamamos, Espíritu Santo, el cual actúa sensatamente, sin error alguno. Y cuando escuchamos esta voz interior (la llamo "corazón sensato"), nuestros pensamientos difieren de los ordinarios.
Ustedes pueden hacer un sencillo experimento. Si piensan con su cabeza, tienen que pensar durante largo tiempo; tienen que investigar un año, dos, tres, cinco, diez y más sobre cierta cuestión hasta que lleguen a algunas conclusiones. Por ejemplo, ahora pregúntense cómo estará el tiempo el Lunes. Nuestra mente comienza a pensar y dice: "será bueno." Bien, ya lo comprobarán. Después pregúntense si el tiempo estará absolutamente claro o medio claro, si estará sólo nublado o lluvioso, etc. Se harán la pregunta claramente en su mente. En estos experimentos, notarán que de lo que la mente dice, difícilmente el uno por ciento se hace realidad. Es una sugestión que habrá buen tiempo. Pero, si ustedes le preguntan a su corazón sensato qué tiempo hará el Lunes, se los dirá con absoluta precisión. En estos conceptos, no hay razonamientos. Una vez que empiezan a razonar, lo Divino comienza ya a perder su valor. Si piensan con su corazón sensato, sentirán de un modo agradable bajo su boca del estómago y entonces cada uno podrá decir: "El tiempo será así y asá." Pregúntense ustedes mismos, por ejemplo, cómo van a pasar este año de su vida - bien o no. Si contestan con su mente, les dará los más estupendos proyectos o en algún otro momento les dará proyectos pesimistas. Pero, si se preguntan con su corazón sensato, este les dará una respuesta positiva. No sólo les dará una respuesta positiva sino les señalará si van a pasar dificultades y simultáneamente les dará la dirección correcta por la que las sortearán de manera más favorable.
Ahora, en este corazón sensato también se encuentran los buenos hábitos. Cada hombre tiene buenos hábitos. En algunas personas, los buenos hábitos aparecen más temprano, y en otros - más tarde. Un estímulo, la buena idea de hacer el bien a alguien te llega; pasas por un camino, ves a una pobre viuda; metes la mano en el bolsillo pero inmediatamente comienzas a filosofar, te dices: "tengo dinero pero hoy lo necesito; vamos, haré ese bien algún otro día." Si piensas así, ya cometiste el primer error. No pasará mucho tiempo y pagarás una cuota diez veces mayor por no haber llevado a cabo estos buenos sentimientos Divinos.
Consecuentemente, debemos obedecer siempre a la voz Divina en nosotros. Cuando este Divino sentimiento habla en nosotros, esta es una prueba en nuestra vida. Dios nos examina. ¡Tenemos que obedecerLe por completo! ¡Una vez que escuches lo Divino, hazlo! Para hacer ese bien, no tienes que dar toda tu fortuna; es un pequeño servicio. Un niño se cayó en la calle, se rompió la pierna; ¿qué te cuesta levantarlo, llevarlo a tu casa y ayudarle? Perderás sólo una media hora. Dices: "tengo un importante trabajo." Toda la infelicidad en nuestra vida está en que no escuchamos nuestras buenas intenciones y buenos hábitos, que tenemos dentro de nuestro corazón. Nos detenemos ante un número de consideraciones filosóficas y pensando y diciendo que debemos arreglar nuestras vidas. La primera ilusión es que pensamos y queremos arreglar nuestras vidas solos. Nuestra Vida, de acuerdo a este corazón sensato, está resuelta. Todas las condiciones, en que debemos vivir, toda la gente que debemos encontrar y quienes deben tener una influencia sobre nosotros, todo está predeterminado. Y será como se determinó. El Cielo entero trabaja en nosotros en esta dirección. Nosotros no vivimos en el mundo, pero Dios sí. Consecuentemente, cada buena obra es una manifestación de Dios en nosotros. Y cuando vamos en contra de un buen pensamiento Divino, creamos nuestra infelicidad en el mundo.
Con estos buenos hábitos que tenemos, no se les pide que carguen con todo el peso del mundo. Les he dicho otras veces que cada buena idea está conectada a otros miles de buenos pensamientos. Ahora, no piensen que si no llevan a cabo una buena idea, Dios no preverá esto. Él ha previsto todo, pero ustedes pierden las oportunidades. Con cada buena idea irrealizada ustedes se degradan a sí mismos, se hunden y con esto su Vida se vuelve más difícil. Cada vez que dejan de realizar cualquier clase de buena idea, siempre se degradan, el ambiente se vuelve duro y duro, hasta que su voluntad se paraliza. Se vuelven juguete del destino, es decir, de las circunstancias exteriores. Estas circunstancias se manifiestan por la única razón de que no escuchamos el corazón sensato.
¿Cómo reconocemos cuándo el corazón sensato actúa en nosotros? - Cuando este corazón sensato actúa en nosotros, en nuestra alma tiene lugar cierta expansión. Cuando haces el más pequeño bien, sientes una satisfacción interna en ti como si hubieses conquistado el mundo entero. Todos ustedes tienen que cuidarse de lo siguiente: cuando hagan el más pequeño bien, no lo expresen exteriormente. Si lo expresan exteriormente, se obstaculizan a sí mismos. Porque cuando haces un bien ya tienes la venia de Dios y estás alegre. Con esto no te enalteces a ti mismo, sino que Dios ya te ha enaltecido. Digamos que un hombre se ahoga en el agua y que lo salvas; después de que lo sacas del agua, no esperes que te pague. Vete, deja que él te busque. Si después de hacer un bien, escribes en los periódicos que salvaste de la muerte a esta y a esa persona, ese bien está medio perdido.
La fuerza moral del discípulo que sigue la Divina enseñanza radica en que tiene absoluta fe en Dios. Podemos no saber dónde está el Cielo, podemos no saber dónde vive Dios, qué tan lejos está Él de nosotros, pero tenemos que sentir a Dios. Un predicador inglés dice: "No sé dónde está el Cielo, pero una vez que comienzo a orar a Dios, secretamente en mi alma, siento actuar al Espíritu Santo." Así, Dios lo escucha, inmediatamente. Y esto es lo importante, que en cuanto volvemos nuestro espíritu hacia Dios, Él nos escucha. El profeta dijo acertadamente que Dios no vive en el Cielo sino en los corazones de la gente humilde. ¿Quién es la gente humilde? - La gente del corazón sensato, digo yo.
Si todos ustedes siguen su corazón sensato, todas las disputas que a veces aparecen entre ustedes, desaparecerán. Por ejemplo, ustedes tienen malos hábitos, a veces no tienen paciencia; todo esto se debe a que su mente filosofa que les han ofendido. ¿En qué consiste la dignidad del hombre? - La dignidad de un hombre consiste en cumplir la Voluntad de Dios, en la aplicación de las virtudes más pequeñas. Habrás podido ganar una de las mayores batallas, levantar a un pueblo entero, pero si un día tu corazón dice que ates el zapato de un anciano y no lo cumples, todo lo hecho cae hasta el fondo. Atar el zapato de un anciano vale más que la victoria en una batalla.
Ahora les daré un ejemplo de aquellos dos ermitaños que vivieron durante veinte años en el desierto donde constantemente oraban a Dios. Un día uno de los ermitaños vio que su amigo al pasar cerca por cierto lugar, dio un salto y comenzó a correr. Se preguntaba qué había visto el hombre, por qué se había atemorizado y comenzado a correr. Fue al lugar y vio un montón de oro. Se dijo a sí mismo: "¡Qué tonto es este hombre, huyó del oro!" Sacó el oro, lo tomó y se fue a Alejandría donde construyó una gran posada, ayudó a los pobres, gastó todo sin dejar nada para él. Regresó al desierto y le pidió a Dios que le dijera si estaba contento con él. Un ángel se le apareció y le dijo que todas sus bondades no valían tanto como el salto de su hermano.
Consecuentemente, si tomamos todo eso, lo que puede hacer nuestra mente objetiva actual desde el momento de nuestra niñez hasta el momento cuando partamos al otro mundo y pesarlo, todo eso no puede pesar tanto como una buena obra del corazón sensato. En alguna parte de la Biblia está dicho: David pensó en su corazón. De esta manera, él pensaba con su corazón sensato.
Eso es lo que se les pide a todos ustedes ahora. En la segunda etapa de su Vida, se les pide tener apropiadas relaciones humanas, es decir, saber cuáles deben ser sus acciones entre los demás. Por ejemplo, quieres hacerle una observación a alguien; hazla, pero hazla con Amor, como te la harías tú mismo. Cuándo te haces una observación, ¿cómo actúas? ¿Te condenas a tí mismo severamente? Suavizas las condiciones, ¿no es verdad? ¿Por qué no actuar con los demás, como lo hacemos con nosotros mismos? Consecuentemente, debemos presentar la Verdad con Amor. Cuando corregimos los errores de cualquier hermano, debemos corregirlos con Amor, de manera que sienta que hacemos esto con Amor y no que nos alegra alguna equivocación suya.
La primera cosa que ahora falta en la gente, es la nobleza. Por ejemplo, en esta Escuela a veces se quejan por las sillas. Algunos me preguntan: "¿No tenemos derecho de escuchar al frente?" Pregunto: ¿quién es más noble? - ¿quien se sienta al frente o quien se sienta atrás? Si puedes abrir tu boca y decir una palabra amorosa, cumplir la Voluntad de Dios, ¡siéntate en la primera silla! Si eres quien puede decir la palabra más grosera, ¡siéntate atrás! Incluso si te llaman al frente, diles: "Hermanos, no soy para la primera silla. Me sentaré atrás y gradualmente llegaré hasta las primeras sillas." Ustedes dicen: "¡Sentémonos al frente!" Seré feliz si se sientan al frente pero tienen que saber que doy un significado a estas primeras filas. Estas tienen que ser las filas del Amor Divino, de manera que a quienquiera que los encuentre, le emitan esa bondad, esa ternura, esa fuerza para ayudarles. Ahora me van a decir: "Sí, pero estos son nuestros rasgos hereditarios." Esa es una mentira, los rasgos hereditarios son una invención suya. El bien, los buenos hábitos, el corazón noble en ustedes, han sido puestos por Dios desde que los creó, desde que salieron de Dios. Consecuentemente, en cada caso particular, tenemos tantas posibilidades de ser buenos, como de ser malos.
Ya he dicho qué es el mal. El mal siempre proviene del rechazo a hacer el bien. El mal es un bien no realizado. Supongamos ahora que dos estudiantes riñen, se insultan de algún modo; eso es muy natural. ¿Cómo van a allanar este insulto? Si uno de ellos se dice a sí mismo: "espera, actuaré conforme a mi corazón sensato" y el otro se dice en sí mismo "yo actuaré también conforme a mi corazón sensato" Una vez que ambos actúen así, en seguida su disputa se allanará. ¿Qué hay en ustedes que los divide? ¿Qué hay en este mundo que divide? ¿No es mejor tener Amor Divino?
Aquello, que puede dar fuerza a nuestra mente, aquello, que puede dar fuerza a nuestro corazón, aquello, que puede dar fuerza a nuestra voluntad, Aquello, es Dios, Quien Se confinó a Sí mismo para vivir en nosotros. Existe Un Dios en el mundo, que Se confinó a sí mismo por nosotros. Esa es la más grande gloria de Dios. Si tú olvidas este sacrificio, que Dios ha hecho - entrar en el corazón humano, creas las condiciones para la muerte. De ahí proviene la muerte. Morimos y resucitamos cada día. Si comenzando esta noche deciden ser fieles a esta gran ley de la manifestación Divina, ¿tienen idea qué cambio tendrá lugar en ustedes? Si obedecen esta ley Divina, no importa qué clase de persona se encuentren en el camino, incluso la peor, cuando se detengan y le miren, Dios les sonreirá a través de él. Dirán: "¡Le he reconocido!" En la gente mala, Dios está oculto profundamente. Esta gente es mala porque no viven bien. Cuando los caminos de un país están dañados, ¿quién es culpable - los caminos o la gente? La gente no repara los caminos. De esta manera, en las condiciones actuales de Vida, con nuestra desobediencia a esta gran ley interna, hemos alcanzado una situación tal que el mundo Cristiano contemporáneo entero sufre.
Así que, ¡se les pide templanza de modales! Un señor dijo, que en los rostros de los que aquí estudian brilla la muerte. No, yo no sé si la muerte puede brillar, pero lo que sé es que nuestros rostros no deben respirar muerte, sino que deben respirar Vida.
Ahora, cuando hablo del corazón sensato, deben saber que para que evolucione este, los sufrimientos tienen que tocarlos profundamente. Una persona tiene que ser sacudida desde lo profundo de su alma. No son necesarios los afectos que sólo tocan su superficie, así como algunas olas tocan sólo algunos diez metros de la superficie del mar. Ustedes necesitan un cambio radical. Precisamos tener el carácter de Abraham. Abraham no tenía hijos. Bajo la orden de la ley de los judíos, uno de sus sirvientes o uno de los hijos de sus esclavos tenían que heredarle. Pero, Dios le dijo que le daría un heredero. ¿Quién era el heredero de Abraham? - Isaac. Su padre y su madre tuvieron una brillante idea. Dios le dijo a Abraham: "Sacrificarás a tu hijo." Si hubieran estado en lugar de Abraham, ¿hubieran dicho: "Hágase la voluntad de Dios"? Él tomó a su hijo, puso algunos maderos en su espalda y fue exactamente al lugar donde se le había dicho que hiciera el sacrificio. Hasta el último momento estuvo a prueba. Cuando alzó el cuchillo, Dios le dijo: "He visto que eres un hombre de obediencia por eso no sacrificarás a tu hijo." ¡Esta es una cualidad alabada de Abraham! Con esto él mostró que estaba listo a sacrificar incluso lo más valioso que tenía. Por esto Abraham es llamado amigo de Dios. Yo le llamo padre de los creyentes porque fue un hombre de absoluta fe, un hombre absolutamente sin duda.
Por supuesto, ustedes aplicarán esta Enseñanza - cada uno dependiendo de cuál sea su lugar en la Vida. Probarán a Dios y Él los probará. Los probará como a Abraham, los probará como a los Apóstoles, los probará como a los profetas. Todos van a pasar por el Fuego, siete veces pasarán por el Fuego. Cuando les digo que todos van a pasar por el Fuego, les da miedo. ¡Se debe pasar siete veces por el fuego Divino! Esa es la mayor bendición. Ese es el sagrado Fuego del Amor, que purificará sus mentes y corazones para entender lo bueno en Dios y cómo deben realizarlo.
Jamás deben precipitarse. Cualquier cosa que hagan, no se den prisa. Alguno de ustedes es comerciante, se enreda en sus cuentas, no tiene dinero; va a casa, se quebra la cabeza - se desespera. ¡No se quebren la cabeza! Cuando vayan a casa, tomen asiento, dirijan su mente hacia Dios, hacia su corazón sensato, escuchen lo que se les dirá que hagan en dicho caso.
Siempre recibirán una respuesta. Usted es una madre, tiene una hija desobediente; no le grite, no le pida que haga esto o aquello, sino vaya a su corazón sensato y pregúntele qué hacer. Uno, dos, tres, cuatro días podrán pasar - la mejor respuesta a qué hacer llegará. Eres un profesor, eres sirviente en alguna parte, eres un estudiante; no importa cuál sea el puesto que desempeñes no te apresures.
Les daré un ejemplo, el cual les mostrará que los que tienen fe siempre se salvan. Algunos doscientos cincuenta -trescientos oficiales fueron sentenciados por los bolcheviques a la pena de muerte. Fueron con uno y le preguntaron: "¿Crees en Dios?" - "No, no creo." Le dispararon, lo mataron. Fueron con un segundo, tercero, cuarto y siempre les preguntaban: "¿Crees en Dios?" - "No, no creo." Finalmente, le preguntaron a uno de ellos: "Bueno, ¿crees en Dios?" - "¡Sí, creo!" y se persignó. Finalmente habían encontrado a uno que creía en Dios. - "Vamos, sal de aquí, no mereces la muerte." Le dejaron en libertad. ¿Por qué? - Dios le susurró a quien los mataba: "¡Deja a éste, él es Mío!" Ese hombre cree en su corazón sensato, escucha su voz interior.
Puedo darles muchos ejemplos a propósito de los consejos del corazón sensato, pero estos ejemplos tienen fuerza en su aplicación. ¡Sé qué difícil es para un hombre aplicar una regla! Cuando un hombre se enoja, inmediatamente vienen la duda, la vacilación. Pueden dudar de cualquier cosa en el mundo, pero de Dios - ¡nunca! Prepárense al sacrificio por ese gran Amor - por Dios, que voluntariamente se limitó (a sí mismo), y ¡vino a vivir en nosotros! ¡Prepárense en dado caso a sacrificar todo por Él! Eso hizo a Cristo excepcional. He venido a hacer la voluntad de Aquél Que me envió, dijo Cristo. Finalmente, cuando le dijeron que tendría que llevar la cruz de los sufrimientos, dijo: "Haré todo lo que mi Padre me ha dicho." Cristo tenía el conocimiento, también tenía la fuerza. Él dijo: "¿No puedo pedirle a una o dos legiones de ángeles que vengan y me liberen? Sí puedo, pero no lo haré. Prefiero la deshonra, el sufrimiento, la tortura, mas todo será para el bien de Mis hermanos." ¡Esta es la voluntad Divina! ¿Dónde está el Amor Divino? - En la obediencia. Un día vendrá cuando no haya sufrimientos. Cristo no será más crucificado en el mundo. ¿Por qué? - Porque, no habrá árbol en el cual puedan crucificar a Cristo. Para Cristo, que hoy día vive en los corazones de 500 millones de personas, para Él no hay un árbol lo suficientemente grande, en donde crucificarlo a Él. Él es suficientemente poderoso, y Su poder se desarrollará aún más. Nosotros también podemos disponer de su poder. Por eso Cristo dice: Cualquier cosa que pidiereis en Mi nombre, será para vosotros. ¿En nombre de quién? - En nombre del Divino Amor, en nombre de este corazón sensato, dentro de nosotros. Si tienes un corazón sensato, Cristo puede venir y vivir en él.
Les digo las cosas, pero no podemos imponerles las reglas. Quiero una cosa de ustedes: que compitan en darse mutuo respeto uno al otro. Eso es lo principal. Tienen suficiente filosofía, incluso como para ser profesores. Pueden dar conferencias, pueden dar moralidad a la gente, pueden interpretar el Evangelio también, pero necesitan la práctica. La cosa más difícil es la puesta en práctica y esta se les pide a todos. Quienquiera que practique, entrará en la segunda fase. Quienquiera que escuche al corazón sensato, este ya podrá hablarle. Pueden confiar en los buenos hábitos. Deben saber que todos ustedes tienen buenos hábitos. Les demostraré que los tienen, de la siguiente manera: si los insulto, me mostrarán lo que tengo que hacer. Me dirán: "Usted tiene que ser un poco más suave." Mientras me des lecciones de moral, entonces tienes un buen hábito, sabes cómo actuar. Mientras me des lecciones de moral, entonces distingues los buenos hábitos. ¿Por qué no puedes tú también actuar de igual modo? Todos sabemos cómo debemos actuar. ¡¿Si lo sabemos por qué no lo podemos poner en práctica?! ¡Podemos ponernos manos a la obra! Así que, todos sin excepción pueden practicar. Dios se limitó a sí mismo y vive en nosotros. ¡Si dos mil años después de Cristo decimos que no podemos vivir una vida pura, Cristiana, esto es una vergüenza para nosotros!
Los escuché antes de la conferencia: un hermano, dijo: "¡Hermanos, recemos!" Me gustaría que sólo uno rezara, no todos. Uno de ustedes hará todo el trabajo. ¿Cuántos maquinistas necesita un tren? - Uno. Si todos se vuelven maquinistas, habrá una riña. Un solo maquinista es necesario; él se subirá a la máquina, el resto se sentará en los compartimientos y el trabajo se pondrá en marcha. Este buen corazón se pondrá en marcha, esta palanca honrará la gran ley Divina y el resto permanecerá en los compartimientos en silencio y calmadamente. Ustedes dirán: "Pero puede cometer un error." La historia que conocemos desde hace miles de años dice que todos aquellos que fueron guiados por su corazón sensato actuaron razonablemente. Ellos nunca han creado ninguna catástrofe. Por eso el salmista dice: Fui joven y envejecí pero no vi al virtuoso mendigar. No he visto a un hombre con un corazón sensato mendigar, caer en el escarnio. Si alguna vez los virtuosos estuvieron sujetos al escarnio fue debido a la sencilla razón de ayudar a sus hermanos.
Así que, ahora ustedes apelarán a los buenos hábitos que tienen, a su corazón razonable. Y después de eso apelarán a Cristo, a ese Cristo viviente a quien llamo Hijo del Amor. El
Único Maestro en el mundo. Conocemos Su nombre, el cual es Cristo, pero Él tiene un Nombre sagrado que no nos atrevemos a pronunciar. Cuando me dirijo a Él, yo digo: "¡Dios, en tu Nombre, con el cual Tú eres conocido arriba en el Cielo, hágase Tú Voluntad!"
¡Compitan en respeto! Esto es algo necesario para el búlgaro. Entre todos los eslavos, los búlgaros son los más rudos. Deben confesárselo, no hay insulto alguno aquí. No es malo ser rudos pero es necesario contenerse. Para apaciguarse competirán en el Amor Divino. Ese Amor los pacificará. Entonces, como el mejillón, harán con su rudeza una perla. Comenzarán primero tratándose mejor. Constantemente escucho a algunos de ustedes diciendo: "El Maestro es más benevolente hacia algunos, hacia otros - no." Ustedes piensan en lo físico. No podemos ser benevolentes del rostro hacia afuera. El Amor Divino actúa igual hacia toda la gente. Actúa igual hacia toda la gente pero no toda la gente muestra de la misma manera el Amor Divino. Consecuentemente, sus almas difieren en que algunas están más preparadas y por eso Dios se manifiesta más fuerte hacia ellos. Sin embargo todos deben saber que tienen la misma oportunidad. La forma como Dios actúa hacia un ángel, es como Dios actúa hacia un hombre, es como actúa también hacia una planta, es como actúa también hacia la última de las piedritas - sin ninguna diferencia. No estoy hablando acerca de lo externo, del mundo físico; hablo acerca de las piedras vivas, las plantas vivas, porque en el Cielo ambas, plantas y piedras hablan y están vivas.
¡Así que, todos ustedes tienen que manifestar sus buenos hábitos! También me gustaría que la rudeza, las riñas desaparecieran de entre ustedes. Eso viola al Amor Divino. Toda la gente se queja, dicen: "Necesitamos Amor." ¡Bueno, el
Amor está entre ustedes, sólo manifiéstenlo! ¿Quien se equivoca si ustedes tienen una llave cerrada y el agua no puede fluir por ella? ¿Están equivocados ustedes o el agua? Abran la llave y su corazón sensato inmediatamente proyectará estas fuentes hacia fuera.
El primer rasgo entre ambos, los jóvenes y los ancianos, es competir en respetarse. Los estudiantes que no pueden respetarse entre sí, tampoco pueden respetar a su Maestro. Los estudiantes que no viven bien entre sí, tampoco respetan a su Maestro. Dios dice que no está contento con aquellos que no Lo escuchan.
Los corazones de todos deben estar listos para realizar la Voluntad Divina. Todos tienen que realizar la Voluntad Divina con Amor y Su reino vendrá. Entonces todos nos regocijaremos. Podemos hacerlo empezando esta noche. No, esta noche es un día. Podemos volver la noche en día.
Ahora, quiero dejar en su mente el siguiente pensamiento: cada quien decidirá por sí mismo cómo relacionarse con los demás, en lugar de cómo los demás se relacionarán con él. Esa es la cuestión principal. Ustedes comienzan al revés. No, cada uno de ustedes, desde su punto de vista resolverá cómo se relacionará con los otros y si Dios está contento con su trato. Yo no digo que Dios no está contento, porque si digo que Él no está contento, estaría juzgando. Ustedes pueden corregir todos sus errores. Esta noche Dios tomará todos nuestros pecados y los arrojará detrás de Su espalda. Esto sucederá instantáneamente. Entonces una nueva naturaleza aparecerá, un nuevo nacimiento del hombre, una nueva elevación del espíritu humano nacerá. El nuevo hombre nacido estará libre de sus tormentos, estará alegre y dichoso. Esto puede suceder esta misma noche. Ustedes pueden resolver esta cuestión esta misma noche. Aquellos que están preparados no lo pospongan. Mientras que a los que no están preparados, su tiempo llegará. Aquellos que estén preparados, podrán instantáneamente resolver esta cuestión.
El Dios de Amor no es un Dios de muertos sino un Dios de vivos.
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