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 Un fariseo y un publicano

Conferencia del Maestro, dada en octubre 5 (estilo viejo), 1914 en Sofía

"Dos hombres subieron al templo a orar, uno fariseo, el otro publicano." Luc 18:10

Quizá se pregunten qué hay de extraño en dos hombres, uno fariseo y el otro publicano entrando a un templo. De hecho, no hay nada de extraño para quienes comprenden las cosas, pero para quienes no las comprenden, todo es extraño. Para quienes comprenden, todo tiene un significado, pero para quienes no entienden, todo es contrasentido.

Tomaré a estos dos hombres – un fariseo y un publicano – como el objeto de mi conferencia de hoy. Estos dos hombres son destacados representantes de una cultura muy antigua. Comparemos en paralelo las características distintivas para arrojar luz sobre su modo de vida y carácter espiritual.

La palabra "fariseo" proviene de la palabra Hebrea "parash", que significa dividir. Existe una palabra también en Árabe "farsi" que proviene de la misma raíz y significa algo perfecto de forma; conocer un idioma "farsi", significa conocerlo muy bien. Jesús presenta en este capítulo dos tipos diferentes. Un talentoso artista familiarizado con la ciencia del hombre pintaría estos dos tipos con todas sus características distintivas, y esta pintura perfecta merecería ser colocada en cualquier casa como un ejemplo. ¿Cuáles son las características sobresalientes del fariseo y del publicano? No es suficiente sólo con decir, "él es un fariseo" o "él es un publicano", sino tenemos que conocer los rasgos exteriores de sus rostros, sus manos, su estructura corporal, la estructura de su cabeza. Después de eso, tenemos que alcanzar las particularidades de su almacén espiritual. Esta es la única manera de podemos aclarar la idea enclavada en el texto y utilizarla. Jesús fue un gran artista, Él ha dado dos características distintivas de esos dos caracteres y a través de ellas describiré al fariseo y al publicano.

Sin embargo, dirán: "¿Cómo podrá usted describir a un hombre con sólo unas cuántas palabras que han sido dichas de él." – Esta es una ciencia. Puede definirse. Existen sabios que han tratado con anatomía comparada, han estudiado las estructuras de los animales. Si les dan la más pequeña parte de un animal antiguo, pueden describir su estatura, yuxtapondrán todos sus huesos, pondrán sus músculos y tendones, y por estos medios, reconstruirán una especie extinguida. Si le dan a un botánico experto sólo una hoja de una planta, él será capaz de describirles todo el árbol. Utilizando la misma regla, más o menos, trataré de describir al fariseo y al publicano y les mostraré cómo eran ellos.

Sin embargo, me dirán: "¿Qué tienen en común esos dos, quienes vivieron hace dos mil de años?" – En el mundo viven dos tipos de gente – el publicano y el fariseo. De estos han salido muchos otros, pero ellos son los principales. Ustedes pueden pertenecer o a uno o al otro tipo – no importa si son un sacerdote o no lo son, si son un noble o no lo son, si son un científico o no lo son, si son un filósofo, hombre o mujer. Estos dos caracteres se entrelazan y sobresalen en las vidas de todos. Ellos serán para siempre los tipos sobresalientes de la historia humana. El arte de Jesús radica precisamente en el hecho de que Él con unas pocas palabras logró expresarlos y presentarlos tan claramente.

La imagen exterior del fariseo es aceptable. Él es decente, robusto, delgado, alto con una estatura de 175-180 centímetros, más alta que el promedio. Manos y pies – más bien largos, pulgar – largo, simétrico – signo de desarrolladas opiniones, presencia de voluntad e inteligencia. El índice – igual al anular, indicando que cuando una idea nace en él, la desarrolla hasta sus límites. Su sistema digestivo está en orden, es sobrio en comer y beber, no tiene la debilidad de la glotonería, su gusto es exquisito. El talle – esbelto. En años, ha pasado los cuatro períodos y entró en el quinto, es decir, ya cumplió los 45 años. Los hombros – un poco redondos, el rostro – un poco alargado y en forma de pera, con un sistema nervioso desarrollado. La mandíbula inferior – correctamente formada, con barba – extendida y afilada – signo de una persona de mente ágil y sentido común; la boca – promedio, los labios – ni muy gruesos ni muy delgados. La comisura de los labios se sostiene un poco elevada, con una sonrisa de desdén, como diciendo: "la gente es muchedumbre" pero su desprecio interior nunca lo expresa. Los ojos – gris-ceniza. Las cejas – arqueadas, inclinadas un poco, como las ramas de un árbol viejo – una persona, que ha vivido largo tiempo y que tiene experiencia en la vida. La frente – bella, muy alta, en su base sobre la nariz protuberante, signo de una persona con fuerte personalidad, una mente observadora y práctica. Los huesos temporales – de desarrollo promedio. Los oídos – regulares y pegados a su cabeza, signo de orden material. Los cabellos de la barba – un poquito ralos y rojizos – un signo de impulsividad y persistencia. La cabeza – ovalada, la circunferencia sobre las orejas – 50-60 centímetros, de con elevado desarrollo y altos huesos parietales – un signo de una persona con elevados autodominio, autoestima, orgullo, exigencias y presunciones. Tiene sentido de la religión, pero está desarrollado unilateralmente; muestra caridad, pero sólo a sí mismo y aquellos cercanos a él. Un rostro – pálido, blanco, con una nariz tipo greco-romana. Es un hombre de gusto estético, pero sin poesía ni amor a la Naturaleza, lo elevado y lo ideal. Una persona con una fuerte fe, pero una fe sólo en su mente; con una gran esperanza, pero una esperanza basada en su fuerza. Tiene una religión, pero en esta religión respeta y adora sólo a sí mismo. Si entramos a su templo, no encontraremos en el lugar principal la imagen de Jesús Cristo, sino su propia imagen. En lugar de la Santísima Virgen, Juan el Bautista, y otros santos – colocados sus abuelos y ancestros, a quienes les quema incienso y les ofrenda una plegaria: "Es gloriosa y grande nuestra estirpe." Es un hombre inteligente, que acumula conocimientos de la vida, que está bien versado en Cábala judía y con principios de esa civilización. Si viviera en nuestros tiempos, pasaría por ser un gran escritor, filósofo, pintor, líder político, y guía espiritual.

¿Por qué Jesús sacó este tipo? ¿Qué hay de malo con su plegaria? En el fariseo se observa una filosofía que ya pasó su siglo – el hombre que vive sólo de su pasado, omitiendo el presente y el futuro; un hombre que está enamorado, como mozo o moza, de su propia imagen, que adondequiera que va, sólo esa ve. ¡Es asombroso cuando un hombre está enamorado de su propia imagen!

Una vez observé a un escritor búlgaro. Estaba sentado en el lugar destacado, y había un espejo cerca de él. Fumó un cigarro, se volvió y se miró en el espejo, como si se estuviera diciendo: "Qué hermoso soy, estoy impresionando a la gente." De nuevo comenzó a fumar y posó frente al espejo. Si un día este espejo se destruyera, sería destruida su felicidad también.

El fariseo se parece a este tipo, enamorado de sí mismo. Además, ven, cuando se vuelve a Dios, qué interesantes son sus palabras: "Señor, te doy gracias, que no soy como los otros hombres sino soy algo más." Sin embargo, su filosofía justamente en este punto está equivocada, porque Dios creó a todos los hombres. "No soy como los otros hombres." ¿Pero, qué eres? Tú no eres un ángel. Estás hecho de la misma pulpa y en tus venas corre la misma sangre. Desea mentir a sí mismo y a Dios. Esta es la primera mentira que él usa. Y el Señor le dice: "No estás diciendo la Verdad."

La afirmación del fariseo es negativa: no se está comparando con los más elevados que él, con los ángeles, sino con los tipos inferiores, los criminales, que no es como ellos. Asumimos que yo me comparo con las bestias y que estoy diciendo: "Gracias te doy, Señor, que no soy como estos bueyes, burros, perros, lagartos, serpientes." ¿Qué clase de comparación puedo hacer con ellos? Este es un rasgo de debilidad que se encuentra en toda la gente. Años atrás existía en Bulgaria una/ cierta tendencia entre los alumnos del liceo y la universidad de investigar las vidas de los grandes escritores, por ejemplo Shakespeare, y tomar sus defectos, ya que no tenían sus rasgos positivos. "Espera, ¿los tengo también?" y cuando los encontraban en sí mismos decían: " Yo soy un genio como Shakespeare también." Investigaban el carácter de Séller y buscaban uno de sus rasgos excéntricos y, cuando lo encontraban en sí mismos, decían: "Yo soy como Séller también." Después de ver toda la fila de esta manera decían: "Somos célebres." Sí, son grandes, pero en sentido negativo, grande que tienen menos una moneda. Yo prefiero un hombre que tiene cero monedas, porque no tiene nada que tomar ni por lo menos nada que dar.

El fariseo también hace comparaciones, y dice: "Te doy gracias, Señor, que no soy como el otro – un ladrón." El Señor, le dice: "¿Si te pongo en su lugar, qué serías?" Una vez un ángel miró desde el cielo a un hombre pecando, se volvió al Señor y Le dijo: "¿Cómo soportas a esta criatura inferior? Si yo fuera Tú, libraría la Tierra de él." Dios envió al ángel a la Tierra, le encarnó, y le puso en la misma situación, y el ángel pecó más del doble que el hombre juzgó. Por eso un hombre no debe juzgar a la gente por sus actos del lugar en el que estaba puesto porque en su lugar él también los haría.

Ha venido conmigo mucha gente y han empezado así: "Nosotros no todos somos así de malos. Nosotros somos educados, porque provenimos de una estirpe célebre." No dudo de sus palabras, yo en mi alma profundamente creo lo que me dicen. Todos somos de excelentes familias, yo lo acepto. Sin embargo, sus antepasados y los míos no fueron tan nobles como ustedes y yo pensamos que lo fueron. Muchos de ellos fueron grandes tunantes, golfos, delincuentes, malhechores y últimos villanos. El testimonio que Dios escribió acerca de ellos ustedes y yo lo llevamos encima de nosotros. Las cosas del exterior pueden ser un tanto agradables, pero interiormente ellos no tienen un contenido relevante. Que nuestros antepasados y bisabuelos no fueron tan puros, como supongo, es mostrado por los malos rasgos que hemos heredado de ellos, que por lo menos un par de veces a diario mostramos. Si tu abuela y abuelo, tu padre y tu madre fueron puros y buenos como ángeles, ¿de dónde vienen esos rasgos y malas acciones en tu vida? Si en cierto líquido ponen un poco de amargo o de veneno, éste se notará y se mostrará. Se sabrá que en lo bueno existe mezclado algo malo.

Gente con la filosofía de este fariseo podemos llamarla conservadora, del partido conservador, gente que tiene una elevada opinión de sí misma. No es malo para un hombre tener una elevada opinión de sí mismo, si ésta es correcta y carente de mezcla alguna de amargura. El verdadero conservador y regulador en la Naturaleza es el nitrógeno, que detiene cualquier incendio, sofoca cualquier tipo de vida. El nitrógeno es el más viejo, el mejor equilibrado elemento en la Naturaleza. Sin embargo, si la Naturaleza se hubiera quedado sólo con él, todo estaría muerto. No obstante, el mundo orgánico tiene mucho que agradecerle.

El fariseo se dirige al Señor, no para que Le ayude a suavizar algunas rudezas de su carácter – ni mucho menos. Él sólo da las gracias que no es como los otros hombres – un blasfemo, un ladrón, asesino, adúltero. Exactamente como un escriba y filósofo, él debe detenerse sobre las causas que provocan la blasfemia, el robo, el asesinato y el adulterio. Cuando encontramos alguna gente que está por debajo de nosotros, de acuerdo a la enseñanza de Jesús no debemos condenarlos en nuestra alma, sino sacar la lección, encontrar las causas que los llevaron a esta baja situación, y si hay algo de ellos en nosotros, que lo desarraiguemos. Porque El que puso grandes leyes en la Vida, dice: "No juzguéis, para que no seáis juzgados." En estas palabras, hay un profundo sentido y quien las comprende descubre la gran ley de la bondad humana. Los zoólogos contemporáneos están estudiando a los animales y le dan al mundo muchas cosas valiosas, pero nadie ha examinado las causas profundas que las crearon. ¿Por qué, por ejemplo, algunos tienen cuernos, pero otros no? ¿Por qué algunos de ellos se arrastran, pero otros caminan en cuatro patas? ¿Por qué algunos comen carne, pero otros pastan hierba? ¿Por qué carecen de inteligencia humana? Para esto existen profundas causas fundamentales, que no son por casualidad, como alguien puede pensar. Cuando la gente comprenda estas profundas causas, alcanzarán esta razonable filosofía sobre la cual se construirá el futuro orden social – "el amanecer de una Nueva civilización."

Toda la civilización contemporánea se basa en el punto de vista del fariseo. Ella es una civilización farisea. Esta civilización, donde la gente se distingue en la forma, apariencia, formulismo, nació en el pasado lejano en Egipto, India, Babilonia, China, Persia, Judea, Grecia, Roma. Ahora también está en Europa, vestida con un bello manto cristiano. No estoy diciendo que en sus principios haya algo malo, sino estoy diciendo que la forma siempre debe tener en sí misma cierto contenido. Fuera de esto la forma queda como simple cáscara en la que pueden vivir sólo los parásitos. Dicen: "Él tiene unos ojos maravillosos." ¿Y qué? – "Son maravillosos" ¿En qué consiste su maravilla? – "Pues, son brillantes, agradables." ¿En qué exactamente son agradables? La nariz de alguien es bonita, presentable. ¿En qué consiste esta belleza? – Su boca es bonita, correcta. ¿Con respecto a qué? Hay en la gente conceptos para ciertas cosas que no podemos expresar; justamente que en los ojos negros, o en los azules, o en los gris-ceniza, o en los verdes, o en los castaños hay ciertas fuerzas ocultas. Si te mira un hombre de ojos negros, producirá en ti cierto pensamiento, si te mira con ojos marrones – cierta emoción, etc. La gente con ojos azules es fría. Son como el cielo – despejado, pero frío. Esta gente no es para la Tierra. En ellos existe una fe, pero nacieron prematuramente. Puede que sean la gente que vendrá de ahora en adelante. Estoy hablando de aquellos ojos azules, que son una expresión del Cielo. La leyenda nos dice que Jesús tenía tales ojos.

Dicen de alguien: "Su boca es bella como una rosa." ¿Qué es la boca? – Esta expresa el corazón humano – si un hombre es blando o duro de corazón. Muestra hasta dónde un hombre es apasionado y franco. En aquellos que tienen buen apetito, observarán que los labios son un poco gruesos. Es una ley fisiológica. Más sangre está corriendo, por eso son gruesos y rojos también. Cuando prueban una comida, dicen: "Ah, esto es agradable", y una sonrisa delicada, casi imperceptible brilla en su cara. Esta anuncia que en su alma existe esa disposición.

Tomemos a un hombre con una nariz encantadora, ésta es signo de una inteligencia y mente humanas. Si la nariz es recta o curva, si es de tipo romano o griego – en ello existe un profundo significado. La apariencia exterior del rostro no carece de sentido; además, porque revela igualmente la vida exterior de la persona. Si profundizamos en un rostro humano y vemos que carece de simetría, que una de sus cejas no es como la otra, que una es más desarrollada, la otra – más saliente, esto muestra que tiene en él algún desequilibrio. Cuando sobreponen una línea recta, verán si su nariz está en su lugar. La nariz es un barómetro, un calorímetro, que muestra en qué condición está su mente. Cuando unos maquinistas manejan un tren, existe un instrumento que muestra la presión atmosférica en la caldera y de acuerdo a lo que muestre le ponen más carbón para incrementar la presión o, si es demasiada, la disminuyen. ¿Se han detenido alguna vez para hacer el esfuerzo como los mecánicos, a ver cuál es el estado de su vapor – de su corazón? Dios les puso para esto la nariz. Vayan al espejo, pregunten a su mente y esta les dirá en qué estado se encuentra el corazón.

Cuando se ven a los ojos, verán cuál es el estado de su alma. Lo único que nunca miente y que no pueden engañarnos son los ojos. Por eso, cuando un hombre alguna vez quiere mentir, parpadea o pone su mano sobre sus ojos. Un niño es conciente de que su madre al verlo sabrá que miente, por eso pone sus manos delante de los ojos.

Cuando el fariseo rezó, Jesús lo estaba viendo y le decía: "Tu alma está turbada, tus antepasados no vivieron la vida pura que tú te imaginas. Tú crees que no eres como los otros hombres, pero en el pasado fuiste como ellos, e incluso ahora no estás muy alejado de su nivel." No importa cómo, interpretemos este hecho, tanto acorde con la enseñanza de los filósofos hindúes de la reencarnación o, de acuerdo a la enseñanza de los sabios egipcios de la trasmigración, o de acuerdo a la enseñanza de los cabalistas y los ocultistas de la emanación (expiración) y perfeccionamiento del espíritu, o de acuerdo a la enseñanza actual de la herencia – no importa. Estas enseñanzas y teorías son sólo ayudas para que nos aclaremos algunas cosas mejor, para que los fenómenos de la vida humana sean más claros y entendidos. Sin embargo, el principio fundamental, que radica en la base de todas las cosas, es siempre el mismo, no importa de qué manera expliquemos e interpretemos sus hechos. La gran ley de causas y efectos, de acciones y consecuencias, nunca miente, siempre habla con la Verdad Absoluta. Si eres bueno, está escrito en el libro de la Vida que eres bueno; si eres malo, está escrito que eres malo. Si estás diciendo la Verdad, está escrito en el libro de la Vida que estás diciendo la Verdad; si mientes, está escrito que mientes. Si ayudas a tus prójimos, te sacrificas a ti mismo por tu pueblo, trabajas por el bienestar de la humanidad, sirves a Dios por Amor, esto está escrito en el libro de la Vida. Si abusas de tus prójimos, traicionas a tu pueblo, impides la evolución de la humanidad, eres infiel a Dios, está escrito en el mismo libro. Él escribe implacablemente sus evidencias de los actos humanos: en la frente, en la nariz, en la boca, en el rostro, en la cabeza, en las manos, en los dedos y en todas las demás partes del cuerpo humano – cada hueso es testimonio a favor o en contra nuestra.

Esta historia de la vida humana nosotros leemos cada día. En sus páginas anteriores es anotada las vidas de todos nuestros antepasados: para algunos de ellos está escrito que fueron terribles delincuentes, ladrones y atracadores. Cuando abrimos sus páginas y seguimos una línea de la cual vienen Abraham, Isaac, Jacob, David, Salomón y muchos otros, encontramos allí sus acciones completamente anotadas. De Abraham conocemos que era un hombre justo, muy inteligente, con un gran corazón, con una gran fe, de espíritu elevado, conocedor con profunda sabiduría de los mandamientos de Dios para un gran futuro de la humanidad. De Jacob conocemos que al principio, era un hombre hipócrita, astuto, egoísta, que con mentiras y fraudes consiguió privar a su hermano de la primogenitura. Apenas cuando tenía 33 años hubo un cambio en él, después de que le sirvió a su tío Laban cuarenta años por sus dos hijas. Sólo hasta entonces hubo un cambio para mejorar. Conocemos a David como un hombre valiente, decidido, con una excelente mente natural y poética, pero tenía una debilidad específica por las mujeres bellas. Mediante fraude tomó a la mujer de Uriah, y a partir de ese día, comenzaron sus pruebas. El valiente profeta Nathán tampoco vaciló en condenarle directo en su cara y en mostrarle las malas consecuencias que esta ley escribiría de él en su libro para las generaciones posteriores. De Salomón está dicho que tenía una excelente mente filosófica, con un buen, pero corrompido corazón, con excesivamente fuertes sentimientos y pasiones, gran vanidad y voluntad débil, epicúreo de primera clase en el comer y beber, y en el placer con las mujeres.

Jesús sabía esto. Sabía cómo habían vivido los de su estirpe también, y cuando la gente le dijo: "Bondadoso Maestro", se opuso: "¿Por qué Me llaman bondadoso? Bondadoso es sólo uno – Dios." Quería decir: "La familia de la que Yo nací no es tan noble como ustedes piensan. Porque Dios tiene otra medida, que ustedes han perdido. Él exige pureza absoluta en cada relación. La mayoría de esta familia no vive de una forma agradable al Dios verdadero, cuya voluntad Yo estoy cumpliendo." Por eso se volteó con el fariseo y le dijo: "Mientes, a ti mismo, a la gente, y a Dios. Muchos de tus antepasados cometieron crímenes, y por eso tú no tienes derecho de decir: "Yo no soy como estos." Y porque no hay humildad en tu alma, tu plegaria no puede ser aceptada y tú no puedes ser absuelto. Ustedes, los fariseos, han distorsionado la Ley de Dios poniendo hipocresía por encima de ella como una cubierta. Dejen de mostrarse como no son, porque Dios no es un hombre que pueda engañarse con su apariencia exterior. Él mira en su corazón y de acuerdo con él les juzga."

Ahora vayamos con el otro tipo – un publicano. Tienen a un hombre de estatura mediana, de aspecto algo rollizo, piernas – algo cortas, manos – gruesas, dedos – también algo gruesos y afilados, rostro – ovalado, sistema digestivo – extraordinariamente desarrollado, le encanta comer y beber en exceso. "Un largo camino aguarda por delante, yo debo tener comida", así filosofa él y por eso se hizo recaudador. Pedirá de aquí, tomará de allá y robará – llena su bolsa. "Tú haces lo que yo; perdóname, puedes considerarlo como un robo, pero lo necesito. Si no quieres dármelo, lo tomaré a la fuerza, o lo robaré." Como dije, el publicano tiene una cara redonda, cejas – gruesas, barba – ancha de abajo – lo que emprende lo hace exitosamente. Está entre los 40-45 años de edad. Barba – con cabellos negros poblados; bigote – también, signo de gran pasión; una nariz – desarrollada, algo corta, gruesa, ancha en sus extremos, signo de un buen sistema respiratorio. Un hombre de sentimientos, impulsivo como un niño, siempre puede expresar su alegría; cuando se toma medio kilogramo de vino, puede saltar y alegrarse; cuando está sobrio, empieza a llorar porque su mujer está enferma. Las sienes – fuertemente desarrolladas; los oídos – algo grandes, casi como los de Tolstoi, como una persona que roba, toma, pero que también da – "Mi padre y mi madre robaron; vamos yo daré, beneficiaré, ojalá Dios nos perdone los pecados." Tiene ojos marrones – signo de una suavidad natural y bondad, que esperan sólo su tiempo para que se manifiesten. Una cabeza – correctamente desarrollada, como la cabeza de Sócrates. Tiene desarrollados perfectamente los sentimientos familiares y sociales, un fuerte sentimiento religioso, un compasivo sentimiento de caridad, correcta comprensión de la Vida, una mente excelente, desprovisto de sofismas, una fuertemente desarrollada conciencia, que le muestra los errores, y él no siente vergüenza confesarlos ante Dios, a la gente y a sí mismo. No tiene una opinión petulante de su nobleza. Tiene una religión, pero en ella puso la imagen de un Dios Bueno, no su imagen. Siempre cree que este Buen Señor le guiará hacia la luz. Tiene más fe en Él que en sí mismo. Tiene una filosofía correcta: no se compara con los inferiores a él los ladrones y villanos, pero dice: "Dios, cuando Te veo, a los ángeles, a los santos, ¿qué soy yo? Debería elevarme, debería ser como Tú. Soy un pecador; antepasados, bisabuelos y yo no nos hemos vuelto hombres; como, bebo, soy como un cerdo; perdóname que no puedo usar los bienes que me has dado."

Y, ¿qué dice Jesús? – El hombre que toma conciencia de sus errores tiene un elevado ideal; algún día él superará al fariseo. ¿Cómo es posible esto? – La gente rica cuenta con sus rentas o ingresos, nada trabajan, sino que sólo discuten la política, la vida social. Otros, que se levantan temprano por la mañana, trabajan diez horas al día, tienen fracaso tras fracaso en sus vidas, pero perseveran y años después adquieren conocimientos y llegan a ser gente destacada.

Ahora, entre ustedes, me perdonarán, existen ambos tipos. Pero porque Jesús da los dos opuestos polos, yo les digo – tomen lo bueno de uno y de otro, y creen el carácter noble del fariseo y del publicano simultáneamente. Creen el tercer tipo de cristiano, un Nuevo hombre. Este es mi pensamiento.

Dicen: "¿Tan pecador soy en mi vida, cómo puedo ser fariseo? Me ofendes." – Les diré una verdad. Cuando llega la infelicidad a la vida, dicen: "¿Por qué, Dios, esta infelicidad? Existen otros más pecadores que yo." Entonces ¿no están en el lugar del fariseo – un hombre que discute con Dios? El Señor les dirá: "Tú eres muy piadoso, pero ¿sabes cuántos crímenes cometieron tus antepasados, con los cuales te asociaste en cierta época? He aquí tienes un pagaré, firmado hace tantos años, debes pagarlo." – "Pero yo no me acuerdo." – "Eso no significa nada, en Mi libro está registrado. Este no miente."

Cuando la infelicidad llega a ustedes; agradezcan: "esto es poco." Entonces estarán en el lugar del publicano. Y Jesús les dirá: "Ustedes irán a la casa del Padre."

Ustedes algunas veces condenan a los fariseos: "Ellos son gente insincera." Pero ¿saben que ustedes, quienes condenan a los fariseos, son los contemporáneos fariseos? Saquen la moraleja por si mismos del carácter de este fariseo – no tengan sus malos rasgos, o si los tienen, desenraícelos, para que no recorran el camino de la vida negativa. No necesitan de lo que tuvieron su abuelo, su abuela, su padre, su madre.

Saben el relato de los gansos que alguien llevaba a la ciudad. Los gansos dijeron al viajero:

– ¡Qué vergüenza de este señor! ¡Nos trae como una bandada! No sabe que nuestros antepasados liberaron en cierta época a Roma.

– Pero ¿ ustedes qué hacían? – dijo el viajero.

– Nada.

– Entonces, ustedes son dignos de ser hervidos en una cacerola.

Sus abuelos, sus padres fueron de elevada posición, hombres nobles, pero ¿quienes son ustedes? No tienes un carácter noble; adquiérelo. Tu abuelo, tu padre pudieron dejarte cierto capital, pero tú puedes arruinarlo, perderlo.

Desde el punto de vista religioso, hay fariseos religiosos: "soy de la iglesia ortodoxa; yo soy de la iglesia evangélica, yo soy de la iglesia católica, yo soy un libre pensador." – Me alegra que seas ortodoxo, evangélico, católico o libre pensador, pero ¿tienes los nobles rasgos de Jesús? – "No los tengo". – No eres ni ortodoxo, ni evangélico, no eres nadie. Adquiérelos para ser semejante. – "Pero, yo soy un libre pensador." – ¡Tienes los nobles rasgos de los libre pensadores honrados? Por la palabra "libre pensador", entiendo una persona que es amigo de la Verdad. Si no lo eres, tú eres un mentiroso de primera.

Frecuentemente la gente dice: "Tú eres un gran hombre." La gente en la sociedad de contemporánea se reúne de a tres o cuatro en algún lugar y comienza a jactarse de su nobleza, de distinciones: "Hemos leído tu composición y la disfrutamos." Cuando se va, comienzan: "Es un tonto de primera." Cuando se va el segundo, comienzan lo mismo de él. Se va el tercero, y tal cual. Cuando queda uno, él, obviamente, no dirá nada malo de sí mismo. No se engañen con lo que dice la gente, porque pueden decir muchas cosas desagradables de ustedes. Nadie dice la verdad. Sus enemigos les dirán: "Eres un villano, un mentiroso, un granuja." Ellos dicen mejor la verdad que quien los adula: "Tú eres noble." Puedes ser bueno, pero no tanto; no pienses que eres excelente. Alguna vez caminas erguido, gesticulando con manos y bastón como si acabaras de resolver cierto gran problema de Arquímedes, crees que como tú no existe otra persona. Si eres un publicano, te dices: "Yo dominaré al mundo." Jesús dice: "Escucha, hace años tus antepasados y bisabuelos dominaron y Me acuerdo, que allí, en Mi libreta está escrito que cometieron crímenes; puedes entrar tú también en este camino, no te equivoques a ti mismo."

Por esto, en cualquier situación en la que se encuentren, debemos tener como ideal al único Dios, al Señor. En este mundo encontraremos muchas cosas amargas. Podemos encontrar a un amigo nuestro que nos ama y nos dirá algunas cosas que son verdaderas. No digo que debemos sospechar que todos son mentirosos, no. Pero si cien gentes los elogian, sólo tres de ellos pueden decirles la verdad. Otros les dirán la verdad o muy bruscamente, o en forma de halago – dos extremos. La verdad no se está aquí, sino a medio camino: tomar los rasgos buenos del fariseo – su mente excelente, su comprensión y el orden y del publicano – su caridad, profunda religiosidad, conciencia interior para reconocer sus errores y procurar corregir su vida.

En las familias también el publicano y el fariseo se encuentran: el hombre – un fariseo, la mujer – una publicana. El hombre – una persona de elevado linaje, rico, delgado, guapo, un "hombre noble", como le denominan; y la mujer – de familia sencilla, su padre y abuelo – gente no estudiosa, simplones. Él, cuando la mira, dice: "¿Sabes de dónde te saqué?" y ella se agacha. Nada puede hacer, se agachará y cocinará. Con cualquier dedo que mueva el fariseo indicándole que no cocinó bien, la hará llorar y obedecerle: "No quiero una mujer simplona, mal educada. No quiero semejante publicana en mi casa."

En otro lugar, la mujer es una farisea y el hombre un publicano. Ella viene de familia rica, su padre elevó a su marido, quien fue su aprendiz. "No sabes con qué buena voluntad te he tomado. No sabes cómo vestirte, cómo ponerte la corbata, no sabes cómo sonarte." Son pésimos en formalidades estos fariseos cuando comienzan a hablar.

Ahora, ambos – como el uno tanto el otro – necesitan corregir sus vidas. Jesús, cuando dice que el publicano está más justificado que el fariseo, quiere decir que incluso un publicano no está totalmente en lo cierto, pero que en sus pensamientos de la Vida, del orden Divino, tiene mejor comprensión que el fariseo. Él quiere decir que un día este publicano tendrá una posición más elevada que el fariseo. Si ustedes no quieren ser humildes, Dios les humillará, porque Él humilla a los orgullosos y eleva los mansos. Orgullo y humildad son sinónimos de estos dos, el fariseo y el publicano.

Ustedes no saben qué puede sucederles en el futuro. Todos sus rasgos nobles y todos sus antepasados y bisabuelos no pueden salvarlos. Hace años en Inglaterra, creo que en Londres, uno de los ingleses más ricos y destacados fue a sus sótanos para ver sus tesoros y por casualidad cerró la puerta detrás de él, dejando la llave afuera. Después que recorrió todas sus riquezas y las disfrutó, quiso salir, pero se vio encerrado. Estuvo durante un día, dos, tres. A su alrededor – oro, grandes riquezas, pero no podía ni salir ni llamar. Por fin, tuvo que entregar su alma en este lugar dejando este mensaje: "Si hubiera habido alguien que me diese un mendrugo de pan, le hubiera dado la mitad de mi riqueza."

Si algún día sucede que están encerrados, como este rico en los sótanos de sus nobles antepasados y bisabuelos, un mendrugo de pan los pudiera salvar. Por eso Jesús dice: "El pan puede salvarlos, mas no las cosas por las cuales están luchando." ¿Y saben que mucha gente muere así – encerrados en sí mismos? Gente desesperada se suicida. Y, ¿quiénes se suicidan? – Los publicanos no se suicidan, sino los fariseos. Los poetas, artistas y gobernantes políticos dicen: "El mundo no puede valorarnos, no puede valorar nuestra composiciones, trabajos, pinturas" y se suicidan. Siempre estos fariseos, con ideas nobles, con rostros correctos y barbas rojas, en general, se suicidan.

Los fariseos en Bulgaria no tiene barbas rojas. Les estoy hablando de los fariseos israelitas, los estoy describiendo a ellos. Les describiré a los nuestros de otra manera. Incluso los búlgaros se parecen a ellos, pero son diferentes en algo. Pero debido a que mi conferencia no es sobre los búlgaros, sino acerca de los fariseos israelitas, hagan conclusiones de los búlgaros y busquen estos tipos. ¿Cómo los buscarán? – Mi conferencia es para que apliquen esto prácticamente en su vida.

La gente contemporánea predica que para que un hombre triunfe, debe tener voluntad. La voluntad puede manifestarse de tres maneras: la voluntad puede ser primero, arbitrariedad. Segundo, la voluntad que toma en cuenta sólo nuestros intereses, los intereses de nuestro pueblo. Tercero, la voluntad que toma en cuenta los intereses de nuestra sociedad, también del pueblo, del hombre y de Dios. Esta última voluntad, incluye en sí misma toda obligación que tienen para con este mundo, tal voluntad ante la cual no existe fuerza alguna que pueda desviarnos de nuestro deber, es una buena voluntad. Una voluntad para trabajar para la gloria de Dios y de la humanidad, de su pueblo, de su hogar y para el progreso de su carácter – esta es voluntad. Algunos dicen: "Tú debes tener una mente noble." Una mente que comprende su actitud para con Dios, una mente que está ocupada aplicando en la Vida los pensamientos sublimes – es una mente noble. Tienen todos los gérmenes para esto. – "Pero mi nariz no es como quisiera." – Se desarrollará. Vean los pajaritos en los nidos que aún no tienen plumaje, cómo esperan por su madre, y cuando ella aparece abren la boca, pidiendo "churrrrk" y la madre pone dentro de sus bocas un gusanito. Y veinte veces al día piden "churrrk" y de nuevo abren las bocas. Cuanto más estos pajaritos piden "churrrk" tantos más gusanitos caen en sus bocas. Y luego las alitas comienzan a crecer y al final, vuelan.

La misma ley deben seguir ustedes: abrir sus bocas – para rezar. Si no las abren, son unos fariseos, y Jesús les dirá: "El mundo no es para ustedes, el Reino de Dios no es para ustedes, el futuro no es para ustedes." Esto quiere decir Jesús. Hay gente que no le gusta abrir sus bocas, sólo guardan silencio. Comprendo que guarden silencio, pero ¿cuándo? – Cuando estás enojado, cuando quieres insultar a la persona, cuando envidias. Pero, cuando estás alegre, cuando debes decir una palabra de consuelo, abre tu boca y dila. ¿Abren su boca cuando educan a los niños? He aquí la pregunta que está ante a ustedes. Ustedes educan a sus hijos como fariseos: no tocar las vasijas, no ensuciarse, ni siquiera mojar sus manos – la madre se las lavará, el padre les comparará zapatos nuevos, relojes, cadenitas. El padre debe ser esclavo del fariseo. Cuando el padre regresa el anochecer, se enfurruñan: "¡Pronto, queremos esto, queremos aquello!", y él se agacha. ¿Por qué dice Jesús: "ay de ustedes escribas y fariseos"? En casas, con nuestros hijos, y en las iglesias, dondequiera, mostramos estos rasgos de los fariseos y nos asombramos por qué el Reino de Dios no está llegando. Encima de todo eso, reprochamos: "Mundo malo, sociedad mala, los sacerdotes son tal y tal, los maestros son malos, los legisladores son malos", pero los que reprochan – unos santos... Y tú eres también, como los que reprochan. Deténte y deja esas cosas, porque tu madre está contigo. Tan pronto como digas: "Churrrk", recibirás comida.

Estas cosas pueden parecer graciosas, pero son grandes verdades. Son cosas pequeñas, pero sacar la moraleja del ejemplo. Comparados con la vida Celestial, nosotros somos indigentes, y Dios constantemente nos envía a la Madre con estos gusanitos. Agradece a tu Madre, porque te trae comida. ¡Cuántos lugares ha recorrido antes de encontrar un gusanito! ¿Cómo podemos agradecerle a Dios, cada día piensa en nosotros y nos provee con comida? – Cada mañana digamos nosotros también: "Churrrk", recémosLe. ¿Saben qué significa eso? – Ello tiene un profundo significado. ¿Qué hay en un "churrrk"? – Si lo supieran, sabrían las palabras con las que el Cielo habla. Muy corta palabra, pero llena de contenido. Y ahora, ustedes están en el templo. Jesús se vuelve hacia ustedes y les pregunta: "¿Cómo rezan, como este fariseo o como el publicano? ¿Cómo saldrán al mundo y comenzarán el trabajo – como el fariseo o como el publicano? Ustedes también son del mismo barro. Pero Jesús quiere decirnos que no seamos fariseos. Mi cabeza está por explotar con estos fariseos. Si existe algo preocupante en el mundo, son estos fariseos. – "Pero alguien tiene tales rasgos." – Lo sé, ¿qué hacer? Esperaré a limpiarme a mi mismo, y luego a la gente. Esperaré a limpiarme mis piojos y luego los de los demás. De otra manera, si voy con alguien que tiene menos que mi, los agarrará de mi. – "Pero debemos educarle." – Esperaré a primero educarme a mi mismo. – "Pero debemos predicar." – Si comienzo a predicar prematuramente, engañaría a la gente. – "Sal y diga esto y aquello." – ¿Qué diré? ¿Mentiré a la gente? Cuando salgas debes decir la gran Verdad tanto con palabras como con tu vida. Esto infiere Jesús. Cuando comencemos a aprender, debemos trabajar simultáneamente con palabras y con nuestra vida.

Me encantan esos profesores modernos que, cuando enseñan una clase (física o química), en seguida comienzan con los experimentos: el oxígeno se produce así, aquello se hace asá. Cuando entras al taller de carpintería, el maestro relaciona la teoría con la práctica. Si entras a una sastrería, es igual. Jesús dice a los cristianos: "Entren y tomen su patrón y tijeras." Algunos deben comenzar con una aguja y luego con tijeras. ¿Qué son estas tijeras? – Son su lengua. Cuando comienzan a cortar y coser, mejores tijeras que su lengua no hay. Cuando comienzan a cortar a diestra y siniestra sin pensar, sus tijeras no están en el lugar adecuado. – "¿No debemos hablar?"– Deben, pero en el lugar adecuado. Porque si no hablan en el lugar adecuado, cortan sin pensar – la tela se desperdiciará.

No digo todo esto para desanimarlos. No quiero decirles que nacieron fariseos, pero sí que tienen la disposición de un fariseo. Todos la tienen. Y es bueno tenerla hasta cierto grado. Pero cuando comienzan a decir: "Dios, Te doy gracias de que no soy como los otros." el fariseo está vivo en el interior de ustedes y es difícil que se libren de él. Él vive en la nuca, en la mollera, en los oídos, en la cabeza, en la nariz, en la parte interior de sus ojos. ¿Dónde encontrarán a este fariseo? – En todos sus rasgos y manifestaciones.

Así que, ahora Jesús nos pregunta cuál es la manera más correcta en que podemos hacer llegar nuestra plegaria a Dios. Él comprende esta plegaria en un sentido general, a favor de la vida social. Algunos creen que una plegaria de verdad sólo puede ofrecerse en una iglesia. Vean el rezo que ofrecen en la iglesia. ¿Tiene cierta relación con la vida familiar, puede ayudarles? También deben encontrar esta iglesia dónde esté. El profesor primero enseña a los alumnos ciertos elementos, y les deja que resuelvan solos el problema, encontrar relaciones en cierta ley. En algún lugar de las Epístolas, dice: "Ustedes sois el templo de Dios." Si nosotros somos templos de Dios, cuándo entremos a nuestra morada interior ante Dios, ¿cómo debemos entrar? Si entramos como el fariseo, Jesús nos dirá: "No han alcanzado su meta." Si entramos como el publicano y reconocemos nuestros errores, prometemos que los enmendaremos, tendremos éxito y escucharemos la respuesta de Jesús: "Estás justificado, tienes futuro."

Si el profesor encuentra en el cuaderno muchos errores, el alumno no debe decir: "¡Qué mezquino – sólo tres errores!" Él puede mancharlo, tachar cuatro cinco palabras, y el alumno dirá: "Arruinó mi cuaderno." Sí, pero si quieres ser perfecto, debes agradecerle por poner atención en estos errores, porque los tres errores pueden hacerse más. ¡Corrígelos; no les dejes! Porque un error es como un piojo. Si le dejas, en una semana uno puede hacerse mil. Es suficiente un error para enviar a un hombre al poste de la flagelación. Es suficiente, de acuerdo con la misma ley, que una virtud se eleve al Cielo y se ubiquen entre los ángeles. Den las condiciones y si una acción está incorrecta, les hará descender; si es virtuosa, les elevará. Por tanto, estén atentos a una virtud como a un error. Si en un hombre que ha llevado una vida depravada queda sólo una virtud, es la cuerda puesta en el encrespado mar de la Vida, que, si la agarra, puede conducirlo a tierra. Por tanto, el último error, que puede quedarse, es muy malo, para destruir a un hombre así como la última virtud es muy poderosa para salvar a un hombre. Estas son las que pueden cambiar nuestra vida. Es una ley. Por esto Jesús dice: "No seáis negligentes."

En el fariseo había más rasgos nobles que en el publicano. Él estaba en muchos aspectos más elevado, pero tenía un error final – el orgullo, que pudo arrastrarlo hacia al infierno. El publicano fue un gran pecador, pero tuvo la virtud final – la humildad – y él dijo: "Yo trabajaré por mi salvación." Por eso Dios le dio Su bendición, porque tuvo la esperanza de que se corregirá en el futuro.

Les pregunto, ¿esta mañana dónde están – en su último error o en su última virtud? Si están en el último error, lo siento por ustedes: cuídense, están en un lugar muy peligroso en la Vida. Si están en su última virtud, están en lugar seguro y los felicito: están en roca sólida. Manténganse en esta última virtud y Jesús caminará con ustedes.

Equipo de traducción al español:

Zornitza Gáneva - Bulgaria

José de Jesús Saavedra Aceves - México

Todos los participantes en los equipos de traducción trabajan voluntaria y gratuitamente.

Agradeceremos cualquier tipo de ayuda, especialmente en la edición, publicación y distribución de las traducciones.

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